Y te escapas de entre los dedos
como el agua que llega y se va,
sin llamar y sin pedir;
como el agua que llega y se va
quedan mis manos vacías de ti.
Y siento el frío que tanto soñaba,
y busco y no encuentro,
y dejo mi grito colgado en el horizonte
esperando…
de nuevo soñando.
Colores que se asoman
dibujando nubes y descubriendo cielos,
auroras que llaman abriéndose paso
entre las luces que ya se apagan,
te escapas huyendo, rendida,
…otra vez vencida.
Es la pena que marcha,
la que huye dejando desnuda el alma
la que no oye y en su silencio arrastra
capas de miseria, lodo y fango;
aquella que ahora se escapa de mis manos
llevando su carga de ira y de guerra,
la que dándose por vencida
hoy, como agua entre los dedos,
marcha abriendo la puerta a mis sueños.
©jpellicer2012