¡Vaya sociedad!
Camino por las veredas
de la vida en solitario,
mi camino es arbitrario
no gustándome alamedas
con gente envuelta entre sedas
presumiendo de riquezas
y ocultando sus bajezas,
prefiero a la gente llana
que me parece más sana
¡aunque duela su pobreza!
No me fío de esas gentes
que te tratan con crudeza,
sin saber que su riqueza
los convierte en repelentes,
rebajan como a sirvientes
al resto de los mortales
-si no tienen capitales
que igualen sus dignidades-
sin entender de piedades
sus bondades son casuales.
No hago caso de ese clero
que ha renegado de Cristo,
con su bolso bien provisto
solo defiende su fuero
y al endiablado dinero,
mientras pregonan pobreza
acaparan más riqueza,
predican los mandamientos
que olvidan sin miramientos
con demostrada firmeza.
Huyo del politiqueo
de aquellos que nos gobiernan
porque siempre nos consternan
con su habitual chaqueteo
y engañoso palabreo,
del pueblo tan alejados
y a su poder aferrados
como una lapa a su roca
y con vergüenza muy poca
en sus poltronas sentados.
Pero a todos los respeto
y aunque con palabras duras
hable de ricos y curas
el listín no está completo
si políticos no meto
y a sus amigos banqueros
sanguijuelas y usureros
ladrones de blancos guantes
de grandes males causantes
y legales bandoleros.
© Eduardo González Cuartango
21/10/2012 14:07:00