Olas espumosas:
movimiento embravecido.
Que visitando la orilla,
repasa cada hueco
y al reunirse con guijarros,
por su reposo, algo dormidos,
-solistas, reyes musicales
de apariencia humilde-
orquestan peculiares,
instrumentan unidos y baten...
removiendo mis sentidos.
La inmensidad del mar
murmura cerca,
en mi oído, musita.
Tan próxima musica,
que sus sonidos,
-experta sinfonía-
al saltar...me salpica.
Barrancos agrestes, que basculan,
-ágiles o renqueantes-
a razón de las tormentas
o del aire de montañas.
El curso de las aguas camina por ellos,
y hasta aprendió a nadar. Un destino:
el de las olas del mar que las esperan.
-El barranco, y en su epicentro:
confluye salvaje;
torrente, afluente o río-
Enormes rocas vigilantes
y cantos rodados en los márgenes.
troncos flotando a la deriva,
antes firmes, asidos a gruesos troncos,
y ahora navegantes,
por la ventisca partidos.
Fantástica naturaleza y sus conciertos.
Miembros cofundadores
del casual prodigio,
fueron, conceden y son: el equilibrio.
Bajo un celeste algo ebrio de creación.
cual observa perplejo desde su mirador;
los burdos y humanos antagonismos,
la triste e innecesaria controversia,
de ésta; nuestra civilización.
El tiempo que pasó, el útil,
y aquel que sólo queda...como perdido.
318-omu G.S. (Bcn-2012)