Desde donde traigo la vista a buena distancia, esta ella
erguida, alba y luminosa, aunque apenas separa del suelo
Esta ahí como señal, de quien la posara en ese hueco
voz alzada -estoy aquí y a este pueblo pertenezco-
La pequeña tela da calor e identidad, inmola hogar y pertenencia
la de un hombre olvidado, que en alguna parte se perdió.
Yace ahí dormido en pleno bandejónn, sin cobija y sin amor,
no despierta, lo arrullan los sonidos de la ciudad en su esplendor
Lejos, apenas se distingue la figura de polvo y hedor
la indiferencia y el dolor ya conviven, son cotidiano andar
la dignidad de Don o Señor, muy atrás, ya la olvidó.
Más u identidad de ciudadano, el orgullo que le queda…
Brutal mensaje que golpea, el de este hombre y su bandera.