Ella camina descalza con una frágil sonrisa
Por calles empedradas, corre, suave se desliza
Su inocencia inquebrantable, lleva paz y armonía
Por una pequeña quebrada donde ella habita
Lleva consigo la pobreza que le enseña cada día
A pernoctar en este mundo sin sueños y alegría
Se sienta día a día a vivir de la dadiva
De aquel vecino del barrio que le regale migajas
Mira saliendo a los demás, a sus escuelas y colegios
Y ella sonríe y sonríe pues para ella ¡¡Eso esta lejos!!
En su inocencia infantil, solo quiere jugar
Tener un juguete, para su hambre olvidar
Pasa sus días en una humilde morada
Llena de penurias siempre cobijada
Así es ella la niña que camina descalza
Con ilusiones y sueños dormidos en su alma
Llena de esperanza de sueños que no alcanza
Sin saber que le depara el destino el día de mañana…