Para verte es necesario una semana,
para contemplarte son pocas 24 horas/
para amarte vida mía necesito un siglo,
para unir con amor nuestras dulces bocas…
En lunes solo pensarte me provoca,
locuras ansiosas que despierten/
la aurora dormida tras rocas, del
corazón que vibra; con versos en prosa.
Martes me gusta imaginarte, inocente
niña mimada/ entre rosas rojas
y esencia de violetas, bañando tu piel
con pétalos/ de ardiente primavera.
Miércoles juego a buscarte, entre mil
recuerdos presentes/ en fotos, en libros/
en todo que hable de ti y espero a que tu
amanezcas junto a mí… entre mis letras.
Jueves es el día que mas me cala,
porque en el delineo con mis labios/
cada línea de tu espalda y acentúan
mas las ganas, de que llegue el fin de semana.
Viernes nos reconforta la cena romántica,
al compas de las velas y copas de vino/
y nos olvidamos de preámbulos y semántica
solo me guía mi mano bajo tu falda.
Sábado no hay hora, minuto/ segundo,
que evite seamos gatos en la oscuridad/
amándonos cada instante del tiempo,
porque de la semana solo queda un día.
Domingo se hace más intenso el amorío,
que se mezcla con las notas de tus besos/
y descubro los misterios, que encierran
todos tus deseos y envuelves mis silencios.
Para estar contigo es poco el tiempo,
puede ser una semana/ un mes, un año/
un siglo, no hay tiempo suficiente -para
vivir y soñarlo- perdido en tus brazos.