Cenizas de un sueño que no fue
visten hoy mi piel de tristeza,
este cielo se robó el amanecer
donde yo vería llegar la primavera.
Tu amor se me quedó de espaldas
cuando te miré con mi vida en las manos,
de tu cuerpo probé de la manzana
temblando de deseo entre tus brazos.
Y mi alma tocó su melodía
la más bella balada de amor,
enamorada de tus ojos me tenías
llenando de calidez mi corazón.
El invierno prometía su partida
y la ilusión hizo estragos en mi ser,
nuestras noches en recuerdos se rompían
en lágrimas que entonces derramé...
cuando sentí clavarme la espina
de todo lo que no pude ser,
hasta quedarme sin una gota de vida
para cantar enamorada otra vez.
Sintiendo el dolor más dulce
ese sueño se marchitó dentro de mi,
cada caricia... cada beso... se consume
en la tierna agonía de amar hasta morir.
Como una alondra frágil y pequeña
que alza su hermoso vuelo hacia el ocaso,
me voy de ti... con la ilusión a cuestas,
con recuerdos que tu amor me ha regalado...
ya sin pretender que me quieras
te dejo ir... pero sanaré mi corazón,
pensaré en ti y sentiré que me despierta
el albor tan dulce de mi primer amor.
Cecii Ailín
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\"Hay una leyenda sobre un pájaro
que canta sólo una vez en su vida,
y lo hace más dulcemente
que cualquier otra criatura sobre la faz de la tierra.
Desde el momento en que abandona el nido,
busca un árbol espinoso
y no descansa hasta encontrarlo.
Entonces, cantando entre las crueles ramas,
se clava él mismo en la espina más larga y afilada.
Y, al morir, envuelve su agonía
en un canto más bello
que el de la alondra y el ruiseñor.
Un canto superlativo, al precio de la existencia.
Pero todo el mundo enmudece para escuchar,
y Dios sonríe en el cielo.
Pues lo mejor sólo se compra con grandes dolores...
Al menos, así lo dice la leyenda...\".
(Collen McCullough)