Vengo a tus pies oh señor
a agradecer mi abundancia
pues tú me diste la flor
y con ella la fragancia
Cubriste mi desnudez
con caricias de mujer
no hubo mayor exquisitez
que pudiera pretender
Curaste mi soledad
con la mano del amigo
con él solidaridad
techo, consuelo y abrigo.-
No puedo pedirte más
pues todo lo he recibido
y se siempre me darás
aquello que he merecido