Diaz Valero Alejandro José

Punzadas de la vida

Siempre lo veo descalzo

hambriento y drogado

¡Pobre muchacho!..

Va desorientado.

Este mundo ingrato

lo ha maltratado,

y él, con sucios harapos

se ha cobijado;

y andando descalzo

alegre festeja

bañándose en charcos

que la lluvia deja.

Su eterna huelga

de estudio y trabajo

lo arrancó de cuajo

de la sociedad,

y por eso va

como todo un vago

que atención reclama…

Pero aquella mañana

aquel pobre chico

halló algo en el piso,

que como cosa extraña

aumentó su quebranto.

Era un clavo oxidado

que quedó encajado

en su pie descalzo,

y el grito y el llanto

por esa punzada

que hirió en modo cruel,

cuando vi que se alejaba

cojeando del pie.


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