Mi partida es pronto
así de inesperado, salpicante.
Saber que tus días son
las últimas lágrimas de un adiós.
Los pasos ya pisados
de un olvido entre tantas muertes.
El heraldo mi muerte trajo
en un papel blanco y él albo.
Mi cuerpo débil tuvo que aceptar
mis propias palabras
casi sin escuchar, y casi yerto.
No sé si he vivido bien o mal
No sé si habré amado
No sé del mañana
No sé que fue del ayer, ya no.
No sé tantas cosas
mas solo sé el esperar
de mi eterno abur!.