oscar campos

EL JINETE AZUL (1)

Mi silencio tiene la simplicidad del hambre,

Y mi  hambre tiene la simplicidad del dolor

 Y mi dolor tiene la simplicidad de las heridas,

Y mis  heridas la simplicidad de emerger

en cualquier parte de mi alma y mi cuerpo

Alma no tengas miedo, la vida enseña,

a cambiar hasta la muerte de lugar.

Cuerpo no tengas miedo, solo hay una señal,

no eres más, que una brisa fugaz en  la tierra.

Así el silencio transita desde lo no entendible,

hasta el grito que se desprende de una oración,

el hambre genera rabia contenida,

que galopa en las venas como lava depredadora,

entre la esperanza y los  sueños de niño.

 

Quizás el grito de este silencio,

Se asoma como el vuelo de un ave violada

Su canto gira en lo limites de un espacio

 bestial, como flecha alada atravesando el tiempo,

la prisión ,el árbol de frutos sin nombres…

los sentimientos que se van desgarrando,

hasta llegar al silencio… silencio de hambre….

silencio de  violencia en cierne , silencio de un amor

tan frio como el viento sur de cada madrugada

 y sus olas blancas golpeando la cara,

o el vuelo al azar de  hojarasca amarilla …

 

Quizás quisieras despojarte de ropas para vivir más libre,

hay  tantos ritos alrededor de la muerte,

y menos alrededor de la vida,

y pocos alrededor del amor,…porque amar es dar…

dialogar con el silencio en prisión o libertad,

amanecer con  las manos abiertas y extendidas,

como la flor despierta después del amanecer…

Parece haber un solo rito alrededor del hambre

el silencio dormido…que solo permite recoger

los frutos caídos del árbol, solo esperar…

así cada día, mas esperan que caigan los frutos,

no puedes remecer el árbol para que caigan

los frutos maduros, ni subirte a recoger,

es el juego de la propiedad de esta ciudad

que controla los latidos de un pájaro, y el silencio,

pero el silencio despierto, no tiene tantos ritos…

simplemente romperás una  copa de cristal,

y tus manos heridas hablaran…menos de dolor,