Eché cadenas sobre el puente, (el que cruza a tu destino)
en las puertas puse candados, (para que nadie accediera)
quité las piedras al camino, (para desorientar a quien lo intente)
y a mis ojos hice centinelas (para prevenir otros amados)
A tu cielo vacié de estrellas, (que te acariciaban con sus rayos)
tu sombra y nombre hice míos, (para de todo adueñarme)
tu corazón hice blindado (para impedir otras huellas)
y aun así mi celosía no duerme (y pesadillas nuevas imagino).
Y así te perdí de repente, (olvidé amordazar al olvido)
entre pensamientos amargos (que me dicen que ya no estás)
Hoy ya no despiertas conmigo (y si algo sentiste, ya no sientes…)
de nada sirvieron mis gestas (y más que nunca celos guardo).
J.M. García
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