Donde están las reverencias para tu princesa adorada
donde esta la alfombra de flores que has prometido
donde esta el lecho de rosas y el agua perfumada
que ha de recibir a tu poeta, la mas amada.
En cual laberinto me has de poseer
en el filo de tu amargura ya fui mujer,
en la desdicha de lo infiel ya fui mujer,
en la desgracia de tu cruel destino ya fui mujer.
Entre el tiempo y el papel solo quiero amar,
solo espero desear,
en tus brazos olvidar que eres tú
y pensar que eres yo
amándote y sintiéndote
respirandote y acariciando tus pensamientos.
En tus brazos ya fui mujer, pero en tu corazón aún no lo soy,
llevame pues entre tus brazos hasta el lecho del amor
que queda en tu corazón, a las suaves sábanas de tu pasión.
Al medio de día de tu amor.
Llevame y hazme mujer en la dulce fuente del placer,
en la misteriosa alma que tiene tu ser.
Ahí te amaré con toda mi esencia de mujer
con los suaves delirios de mi ser,
Ahí en tus brazos me sentiré nuevamente tu mujer.