Víctor Callirgos

Para ti, Berenice

 

Hasta ayer la flor,

sea por su aroma,

suavidad o color,

era de la Creación

la blanca paloma,

mi ideal superior.

 

Hasta ayer, digo,

que estuve contigo

y tocaron mis dedos

el templo mayor,

donde arde la llama

de esta pasión.