En una caricia invisible llegó,
viajando por el tiempo y en la poesía,
sus mágicas alas posó en mi sustancia.
Ligera, flotaba en el transparente viento,
como un delicado perfume se esparcía
e impregnaba corpúsculos y paisajes;
revoloteaba cual mariposa en primavera,
y daba tumbos en las peñas como el eco.
Igual que un claroscuro traspasa tinieblas,
así penetraba los otoños marchitantes
y esos densos y oscurecidos ocasos;
mas nada detenía los roces de clara miel,
que iban y volvían de maravillosos viajes,
en silenciosos versos derramando amor,
como mirada ámbar chocando sobre mí.
e.g.