La dama que ahora
el corazón anima
la musa encantadora
por la que mi corazón palpita
la mujer a la que mi poema estima
Dios la creó como una diva
quizás quería que mi sueño
quede impreso en su poesía
para velar el secreto
que sus rojos labios nos lo enseña
la mujer bella en su destino
es su interior lo que le da aún más belleza
no es su vestido lo que la hace más viva
es la doncella cuyos sus labios miran
es su misterio lo que no lastima