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...y hasta los grandes mitos desistieron

 

Infortunio:

un corazón dislocado

padeciendo la tragedia del desamor.

 

 

Shakespeare revive,

porque Julieta y Romeo

nunca murieron.

Tanto es así,

que Tchaikovski suena desde el ordenador,

rememorando aquel amor,

por el cual, ellos y tantos otros,

lucharon, jamás se rindieron.

 

 

Inmensa desdicha -la del desamor-;

respiración obstruida cual asma crónica:

ansiedad desmesurada.

 

Cardiopatías indefinidas.

Trote intratable y salvaje

pleno de taquicardias.

 

 

   ***   ***

 

(I)

 

Cupido está fatigado

de sujetar su bastón:

el enamoramiento.

 

 

Cupido cambiará de empleo,

poca es su recompensa,

se siente mal pagado.

Se dio cuenta que...en saco roto cae su esfuerzo.

Que últimamente resulta habitual,

encontrar corazones faltos de aire,

algo deshinchados.

 

 

Cupido se cuestiona su labor,

se replantea, contempla la opción,

de apuntarse solicitando el subsidio,

y , por años cobrar el desempleo.

 

 

(II)

 

Apesadumbrados querubines,

guardianes del buen hacer,

trabajadores eficientes, cuidadosos elfos;

ven desleírse, del amor; vigor y acierto,

como azucarillo dentro de la leche hirviendo.

 

 

Evidencian su decepción,

conscientes, del imperativo desamor,

cual quema las flechas -por cupido lanzadas-

dando con la propiedad que divide en finales,

arremetiendo con insalvables fronteras.

 

 

Hermosos querubines contemplan atónitos,

la caducidad del vuelo,

grande es su asombro, ¡caen sus plumas!,

la calvicie asoma en sus alas

acolchando los suelos.

 

 

Gracias a ello,

empedernidos románticos

no se abren la crisma,

sólo extravían sus sueños,

cuando se desmayan cayendo.

 

 

(III)

 

En esta hora el edén, salpicado,

nos recibe, también adornado con huesos,

con la suerte de astillas.

 

 

 

De querubines angelicales entregados,

de arcos quebrados y gotas de sangre,

que ruedan bañando, del paraíso;

su cosecha, los valles,

tiñendo sus campiñas.

 

 

"Cupido -decepcionado- abandonó su trono de amor.

Dicen que se le reconoció bebiendo,

trago tras trago, rondando burdeles y cantinas."

 

 

318-omu G.S. (Bcn-2012)