En mi afán de consagrarme
con mi don de poetisa
He querido homenajear
a la musa más precisa
Mirando su brillo en el lago
Observé, alucinada
Como elevaba en lo alto
sus destellos , la plateada
Nadie como ella protege
Los secretos de la noche
Ni nadie como ella conoce
Lo prohibido de los hombres
Enamorada de la tierra
Quiso estrellarse contra ella
Más no logrando fundirse
supo ser su fiel compañera
Rojiza cuando está plena
Amarilla en su menguantes
Radiante para el pescador
Plateada para los amantes
Ya lo ven, por su hermosura
Puedo llamarla de mil formas
Mostrando su cara redonda
Seguirá siendo la Luna.
María Ferretti Gaich