Azar cosiendo causas
a los diez y nueve inviernos
en alarmante pausa
viviste eterno momento.
La sangre salpicando
zozobra, martirio, pavor
el sino inusitado
catando aliento y valor.
Ocurrió el rojo suceso
que tu hado moldearía
en lecciones de peso
crueles clases tomarías.
La cama fecundando
dolor, miedo y destierro
el gameto encomendado
a engendrar tu gran ingenio.
Pena y tortura llenando
las horas de tus jornadas
no obstante, encaminando
la inventiva estimulada.
Mostraban ya tus lienzos
fulgentes tintes en llamas
de encendido tormento
mil ideas dadas en gama.
Impresionismo pasmado,
tus obras conocidas
“Diego y Yo”, “Autorretrato”,
sin relegar a “Las Dos Fridas”.
Diego, secuaz camarada
de adversidad y fortunas,
muros mordaces, fachadas
más lindos que la luna.
Una ceja, hebra apiñada
dando criterio a lo bello
y los ojos de Tehuana
donando alemán destello.
De extremos, majestad,
y de príncipes, princesas,
desde granjas a ciudad
corazones embelesas.
Carisma, choque, color;
las C´s pintan tu vida,
miembros sin vigor...
¡tienes tus alas, Frida!
Copyright©2012 Rocío Vega-Ponce