Definitivo en Rictus mortífero
subyago el entroncar unánime del soportar
un magullar mente y un congelar cuerpo,
perdiendo hasta el nombre en esta realidad
y hasta la rúbrica exacta de mi accionar
en todas las otras posibles e imposibles.
Mártir de la excusa y dueño del quedar,
sustraje el humor de entrañas galileas
entregando junto a los fueros del que dirán
un paquete dirimido en años y en meses
a cierta loba infierna tan reptil y fallecida..
Vertiente el soñar, el manipular,
el desear flotar y aire respirar?
No en el estrés irónico de un voluptuar
esta depresión sujeta a mí tan ecuatorial
en mi mundo por estrenar y volcánico.
Deviene ese final, de pasar puerta y terminar,
de descansar vencido y feliz por germinar y devastar.
Deviene el gatillo uniforme de lo no capaz y de lo inútil,
queriendo ya morir al fin un Cuervo de Tauro en paz..