Adicto
¡Adicto!...adicto,
a tu piel suave,
endulzante, tierna,
de aroma a jazmín,
adicto…
a tus besos…
que muerden mis labios
gritando de deseo,
adicto a ellos…
¡adicto!...
a tus manos,
que vendan mi cuerpo,
en heladas llamas
de excitante calor,
¡adicto!...
a tus pechos suaves,
que muerdo lujuriosamente,
sin morbo en el pensamiento,
a esas dos curvas tuyas
fusionadas con mis manos,
acariciándolas, apretándolas…
entre mis dedos…
puedo sentir tu pezón,
duro…firme
dulce sabor a lujuria.
¡adicto!...
a tus caderas,
a tu cintura,
como serpientes vanidosas,
se mueven…
rosando tus muslos,
carnosos y sensuales,
en mi pelvis…
¡adicto!...
a tu espalda,
tan fina y callada,
esa sensual silueta,
penetrada por el andar,
de mis manos…
¡adicto!...
a tu retrospectiva,
como pétalos de rosa,
como delfín motivado
por el aguar de mi boca
¡adicto!
a tu inocencia,
esa intimidad tuya,
propia de mujer,
parte indefensa
del mirar del lobo,
manzana lujuriosa,
de sabores inhóspitos
¡adicto!...
a tus suspiros,
a tus gemidos desmedidos,
a tus silenciosos gritos
del aullar mismo…
adicto…
al placer de tu cuerpo,
adicto…