El horizonte
me fluye en la mirada
como el agua cristalina
en el arroyo…
no sé si el cielo
ha caído hasta el suelo
o si la tierra
se ha elevado a las alturas,
pero allá donde las montañas
se juntan
y las cordilleras
raídas por la distancia
desaparecen en la línea
del fin del mundo,
sigue existiendo
la ígnea y fría soledad
que entra a mi alma
en una visión regresiva
y que no saldrá de ahí,
hasta que vuelvas.
e.g.