Maldita tú, mujer, que con tu sonrisa bribona,
vas diciendo a todos que Dios da segundas oportunidades,
Maldita, Maldita tú, porque he visto a este amigo llorar,
porque he visto derramar su llanto, entre tinajas, vinos y
birras, llorarte, llorarte como un niño... y llorando pedir que
vuelvas.
Maldita tú, que andas con otro y sonríes de su brazo,
y ay! como duele el corazón mío, que a pesar de solo ser
amigo y no ser padre, no ser hermano y solo ser amigo, lo
veo llorar, ya no lo veo reír, como duele... duele profundamente
el alma, de esos pasos perdidos que has dejado en él, de esa
tristeza en su rostro, de este mi amigo fiel, por qué? porque te
alegras mujer en atormentarlo, porque no te vas ya y evades todo
tu recuerdo, porque no simplemente no recoges tus cosas.
Porque? Si yo siendo amigo intento protegerlo, tú, tú que sabes de amor
mujer, si de amor no has vivido, si nunca ha llorado en tu hombro y tu llorado
con él, pero yo mujer, yo mujer, yo he sido amigo, yo sé lo que es compartir con
Él, esos duros momentos de llanto, ese momento de quebranto.
Cuanto, debes saber mujer... que él te ha llorado, si yo no lo hubiera visto
diría que no te ha amado, pero ¡cuánto te amo! y dice el poeta que más
duele el despido que el olvido, ¿es tan corto como dicen el amor?.
Pero tú... tú inyectaste cicuta en el corazón de un hombre bueno,
tu dejaste un rastro que es más que ajeno, y ahora, ahora este amigo,
yerto, ahí, tirado en el suelo, ebrio, ebrio de un amor que nunca será,
no de pisco, no de birra, no de vino, ebrio de un amor que nunca será,
porque lo tuyo, lo tuyo fue para el eternidad y lo dejo sin dignidad.
Ahhh... mujer... cuanto duele verte aun por ahí con tu sonrisa bribona
con el alma que no perdona y tus besos de tiña y tu maquillaje de siempre
y el cuerpo ondulante que ahora se entrega a cualquiera.
Cantos, cuántos de ellos se han elevado, con este amigo,
con este que ahora es mi hermano, por el dolor compartido
con él, los más aciagos momentos, llorar con él, llorar lo vivido,
las tristezas de un olvido,
que nunca llega, que nunca pasa,
porque están en lo más profundo de su alma.