antes...(el principio visual)
Como serpiente: un cuerpo.
Vestida de perfección su femenina esencia,
y, entreabiertos -eróticamente- los apuntes de su piel;
extendiendo la imaginación de quien contempla...
hasta con la voz dispuesta.
Ese cuerpo susurra beldad que excita mientras pide,
habla al andar e insistente exige;
gírese pronto mi cuello -casi me obliga a ello-
con su imán irresistible.
Pide se posen mis ojos; como manos.
Que palpando,
extraviándose en la expuesta dote;
genérica, suntuosa y humana,
con su elixir,
se lleguen a embriagar por completo,
todos; mis cinco sentidos.
Precisa sentirse tocado -el cuerpo-
poseído por la vista,
necesita ser deseado.
Ansía que se entregue, ¡apresar al hombre!
en sus -aparentes-; delicadas, frágiles redes,
que decididas fluyan las ganas y el ímpetu,
lanzándose, mi ser; osado, en caída libre
desde el filo de su precipicio.
Frente a mi serpentea ese cuerpo,
y yo...como cometa a caballo de su viento,
en esa agraciada deriva
se deja traer y llevar mi persona.
Sobre él; la irreverencia sustanciosa;
que reposa sobre las esplendidas,
sobre unas preciosas medidas.
Precisa trazada la del compás,
a cual se le antojó el redondeo,
los exactos grados en las curvilíneas.
La observación me demuestra,
que la femenina estampa,
es meiga que reina más allá de pócimas.
Reina que reina,
por la gracia del creativo acierto
junto a novatos primates,
que aunque de mucho jactándose,
evidencian ser sumamente inexpertos.
*** ***
después...(y ahora qué)
La dulzura queda lejos,
se deshizo ya en la boca
perdiendo el sabor a caramelo.
Ahora sobran
más que faltan peros -quién lo diría antes-
controvertido es el veneno;
antídoto o suerte fatal:
Dormir contigo y no tocarte,
cuando mi animal, olfateándote,
sabe apreciar los aromas
de eucalipto, coco y romero,
los panales que rebosan,
desde los hondos pálpitos
hasta tu apretado tejido de piel.
Ahora quedo:
bien sabiendo que ha muerto la pasión.
Que los sueños siempre serán vencedores
aun con el caer rotundo del ocaso.
Que existen sueños inmortales,
hechos de una pasta inamovible, inquebrantable,
que por mucho que trascienda la mala fortuna;
dentro de la mente y el alma, tendrán que perdurar.
*** ***
eje central...(el intermedio)
Ingenuo me veo
cuando recuerdo ciertos pasados.
Me veo con calzones cortos
y sonrisa bobalicona,
corriendo calle abajo,
recorriendo las plazas
a la búsqueda del enamoramiento.
Y en esos habidos transcurre mi pestañeo,
se formaron -aún sin quererlo- esbozos
de parajes idílicos.
Situado, hoy, sobre los años
y sus múltiples escenarios,
prosigo con la bajada
y elevación de los decorados
tanto innovando como repitiéndolos.
-Quizás, mi verdadero oficio,
resultó ser el de tramoyista-
Inocente de mí.
Creí haber encontrado la piedra filosofal,
la suerte eficiente existencial,
y, quedé adherido al lodo terrenal,
al chicle pegajoso
-y todo- ¡por mi lengua y unos labios!.
Al suponerla la pensé -quise pensarla-
a esa piedra, que es relación;
resistente y duradera,
robusta y eterna;
con un "por fin te encontré"
y la foto de un amanecer
guardado en su cartera.
Jamás llegue a creer,
que tan frágil y efímera estuviera,
que fuera urna de cristal.
Rocé la locura al darme cuenta,
y sumido en aquellas lágrimas
que esotéricas aciertan...me perdí.
Para poder, nuevamente,
rememorar un fin que me dé pie.
318-omu G.S. (Bcn-2012)