POR LA BRUMA
(A Pilar Sierra Hurtado)
Como el beso ruborizado
que cediste bajo la almohada
en la malva madrugada
dónde nació el recuerdo,
tachonado de ahogados gritos
portadores de regresos sombríos,
difuminados,
en el quid de la razón.
Como la gasa,
festoneada de mosquitos,
techando febril amarillez,
desenfadada al contagio,
impasible y sólida
de muerto en muerto.
Como la promesa ardorosa
con su llama fugaz
sobre el papel del tiempo,
calcinando bocas y manos,
jadeos y suspiros,
ayes y dudas,
en espera del flujo del carámbano,
próspero conocedor de desencantos.
Como la sed,
ocultada en agua,
galopando sensaciones
de ininterrumpido deseo
por saciedades ausentes,
reconfortadas en vacuas utopías.
Como la niebla de tu cuerpo,
de tu voz,
de tu esencia,
de tu eterna lejanía.
(Kabalcanty. 1991)