Caminante con penas, sin destino
-días de vivo sol, brillante luna-
sin control deja su huella inoportuna
dulce añoranza yugo de su sino.
Noble sentir, lejano lo mezquino
sin medida el espacio de la cuna
entregó su querer como a ninguna
el dolor de un adiós no lo previno
Caído como un ángel de la nada
avivó la pasión por la existencia
en caminos sinuosos... por nevadas.
Oculta silencioso la demencia
-que nudos rojos la vieron domada-,
y entre nudos cedió sin resistencia.