Tanta belleza mandó Dios al mundo,
ni el diamante en todo su esplendor
ha de compararse con su pureza;
fue creado con el más puro amor.
Hombre nació siendo un ser divino.
Ser de una pureza incomparable,
no entiende de odios ni maldades,
de los mortales lo separa un abismo.
Su padre por amor lo entregó,
qué tristeza sintió en su corazón
la manera cruel con que se le pagó,
sólo quería nuestra salvación.
Cada día elevamos al cielo una oración
pidiendo por nuestras necesidades,
por el hermano caído no hay compasión,
pregonamos a viva voz querer ayudarle
Todo queda en simple palabrería
haciendo alarde de nuestra buena intención.
Tu Padre Celestial en lo secreto te mira
sufre porque nunca entendiste su razón
Se vive sólo para frivolidades
preocupados de tener lo mejor;
tu hermano pasando hambre
lo desgarra la pena y el dolor
Dios ha de pensar por qué dio tanto
a un simple mortal que nunca valora
Nos acordamos de Él en el llanto
que nunca agradece, sólo implora
Nuestra esencia viene de lo celestial,
muy oculta en los corazones está,
si la dejamos aflorar sería lo ideal,
seriamos venerados en verdad
Analicemos nuestro interior,
de qué estamos careciendo
si el alma está cubierta de amor,
en armonía sigamos viviendo
Demostrémosle a nuestro bendito Dios
que nada de lo que hizo fue en vano,
que la grandeza de su espíritu
crece en nuestro interior como verde llano.
Jade fénix.