egarzazul

Diván

Cuántos poemas

muriéndose de olvido,

cuánta poesía

prisionera en la soledad,

y ahí, adherida al romancero

mi dedicatoria…

¡Esas miserables letras

que te hicieron llorar!

 

Sepultada en el poemario

una rosa oscura,

aquella mensajera roja

llena de pasión,

que hoy se fragmenta

en trozos de otoño,

entre los cursis y melifluos

versos rosados.

 

Desahuciada en el moho

de amarillentas hojas,

la infinita inspiración

que despertaste en mí,

se retuerce en vestigios

y estelas de tristeza,

y en cráteres de llanto

embarrados en papel.

 

Cuánto vacío dejó la ausencia

de tu mirada,

en las nostálgicas páginas

de ese diván.

 

 

e.g.