Ahora me doy cuenta que nada escribía
que me infinita inspiración
llegaba con demora (y)
tras de ella la llovizna de versos sin sentido
Anoche lo comprobé
cuando las yemas de mis dedos
jugaban con el pezón de tu seno
y recorrían en veces el contorno de tus labios
¡nada escribía amor! ¡nada…!
Mi inspiración era un vaso vacío
pero tú has debido llenarlo
con el aroma que brota de tu sexo
que se impregna
en mis viajes por tu cuerpo
Mis letras ya son innatas
con el simple hecho de rozar tu boca
con el candente suspiro de mis labios
hasta el último gemido de los tuyos…,
desde tus ojos que alumbran mis sentidos
en veces te miro
tendida sobre el tálamo
-desnuda-
Que trascendente momento se presenta
para volver a empezar este poema
Son las yemas de mis dedos
(ellos recuerdan)
Ellos saben de la tibieza de tus pies
de la sensibilidad de tus rodillas
de tus muslos traviesos
de tu sexo y tu vientre
¡ah! Y qué decir de tu ombligo
anoche lo paladee
sin estrabismo
Tú mi musa la que escribe conmigo
la que me habla al oído
y transita por mi piel
haciendo una pausa en mi pecho
<tú mi musa la que escribe conmigo>
Estas entre mis labios
con el agridulce sabor de la nostalgia
y lo digo amor
porque hoy que amaneció
aún la yema de mis dedos te recuerdan
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Sergio Jacobo “elpoetairreverente”