Ahora podré cerrar los ojos...
ví de la vida mil colores,
recibí tristezas y antojos,
supe gozar y sufrí errores.
Ahora mis manos mueren
y mis ilusiones se volcaron
en esperanzas vanas y temblorosas,
tras la nada y un futuro perdido.
Ahora mis pies descansan...
¡ya no hay caminos por recorrer!
mis pisadas fueron humo
que se esfumaron con el viento.
Ahora mis labios se han secado
y mis besos aquellos se han perdido,
el amor que hubo,se borró,
mis entrañas no tuvieron fuerzas para detenerlo,
la ira y el coraje pronto aparecieron.
Te alejaste y con ello volaron
mis sentimientos,
en tu paso apresurado
se fueron mis deseos,
mis versos y mis poesías,
desapareció la luz y la alegría.
Te marchaste y tus pasos
reflejaron un dolor amargo
y la vida...espera a la muerte...
apresuraste mi congoja y perdición.
Te fuiste...amor,compañero,
amigo,amante,niño...
quizá el hombre esperado
en las mis noches de desvelo eterno,
en donde mis sueños infantiles
se vieron realizados.
Te marchaste y tu prisa se llevo mi alma
y tu olvido se llevo mi amor;
y mis ojos...gastados de tanto llanto
se cerraron,se cerraron mis miradas
hacia la luz y el encanto...ya no hay más...
Te marchaste y con ello
se fue mi ser entero,
mi corazón se lleno de tí y de tu alma...
hoy me olvidarás...
Triste engaño tendrás,
porque moriré tras lo que fue
y no pudo acabar.
YOLANDA BARRY.
1983.