-Despedida-
Se lo digo a usted,
que mi corazón pesa desde su primera presencia
aquí en las ventanas de mi alma.
Se lo digo a usted, entienda
-je t'aime-, desde Londres bajo mi almohada,
Francia tus labios un beso en la frente;
desde la fábrica de chicles y ese cielo asustado.
Despedida para un encuentro, para sabernos soportados,
y decirnos, jaque mate,
y decirte, bendita tu seas, lo hemos logrado,
eso de querernos tanto y amarnos tanto,
lo suficiente como para reencontrarnos
cada que nuestros parpados respiren al sueño, sincronizados
bajo los mismos efectos, el mismo prisma, los mismos colores.
Se lo digo a usted, y así me sienta
cuando pronuncie mi nombre
mientras le llueven bitácoras de nuestras pasadas noches,
mientras le maúlla la vida desde balcones ajenos,
mientras escucha campanas desde el final del sendero,
sonido de matrimonio… se casan nuestros recuerdos,
que la muerte los separe, que la resurrección los reencuentre...
Se lo digo a usted, en este hasta luego que parece por siempre,
le amaré, hasta el inicio de mi muerte…