Hola...
te dije en silencio...
hola...
me dijo tu adiós...
pasas tan de prisa
que solo veo de tu ausencia: el fulgor
de aquellos recuerdos
que se posaron en mi ser...
llegas, no sé si, sin querer
y te vas, también sin querer...
llegas: porque tienes que llegar...
y te vas: porque así es normal...
y en tus idas y venidas
pasan las horas, pasan días...
pasan... pasan...
y cada día que pasa
hacen a los años crecer,
poco a poco, como es natural
y ellos me enseñan:
que uno es efímero,
que uno es mortal...
pero que si mira al cielo
y deja su huella
en aquel estrellado telar
muere en cuerpo...
pero vive para la eternidad...
Te llevas mi vida,
y yo la entrego con felicidad:
gota a gota y sin cesar...
cual cántaro que deja
de a pocos lo que lleva...
regando el camino a pasar,
cual sembrador que deja semillas
abriendo surcos en su andar...
cual gotas de lluvia que al caer,
a la tierra hace florecer...
VIDA, te llevas mi vida
y yo la entrego con felicidad:
Porque aprendí también amar.
Porque aprendí también a sembrar
y recogí la rosa que floreció
de los surco dejados en tu andar,
porque bebí de los rayos del sol:
la luz de tu mirar...
y en cada ciclo:
que brota con tu despertar
espero hacerlo como me enseñaron:
recoger, recibir para dar...
Remlid – 28/10/12