Esconden tus ojos, lo sereno mirar que me enamoran,
se asoman cayendo dos perlas acuosas,
que en triste semblante, ellas se estrellan
manchando el rostro exquisito de una DIOSA.
Los mechones de su azabache cabellera,
destellan a trasluz su negro brillo,
enmarca tu juventud, con tu severa
belleza, -como princesa de castillo.
Penden de tus oídos par de aretes,
que endulzan tu sonrisa de mujer,
bailoteando entre tus labios, cual juguetes,
tus picardías que se dejan entrever.
Tu melena alborotada -negra como la noche,
meciéndose al compás que el viento ordena,
quiere hacer de su hermosura tal derroche,
que mirarla es pasión y es condena.
Si por admirarte, culpable me declaran, y el jurado,
me concede una voluntad, -antes del castigo
pediré...no clemencia... ¡sentenciado!,
vivir como esclavo......¡pero contigo!.-
Por: Alejanro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO., Oct.29/12