imoraga

Acá Arriba

 

Las luces titilantes de la ciudad me reconfortan.
Suelen ser compañía,
de tristezas sabias y de alegrías simples.
Allá abajo la vida sigue el curso que conozco.

Acá arriba, el aire mas liviano anula pensamientos feroces,
dejando sólo los básicos, los vitales,
los que allá abajo todos ignoran y hacen mudos.

No me detengo a ver las estrellas,
tan lejanas e inalcanzables.
Yo prefiero buscar lo que no es imposible.

Tengo miedo a la derrota, al fracaso,
a no ganar aquella lucha de la vida.
El horizonte me muestra lugares lejanos,
pero acá arriba todo es más cercano.


Viajo con mis ojos abiertos a tiempos inexistentes,
a momentos de gloria,
en donde la quietud de ese beso
me llenaría de calidez en esta fria altura.


Tus cabellos en mi cara y mis manos alrededor de tu rosado cuerpo.
Allá es donde viajo y donde en soledad me duermo.
Pero despierto y el frio me dice que aún estoy distante,
muy distante... acá arriba, acá lejos.