Hugo Emilio Ocanto

Monólogo: Una lágrima tienes en tu mejilla

Lo mismo me da,

que te vayas o que te quedes.

¿qué es lo que prefieres hacer?

¿Quieres irte? Hazlo.

Pero ten en cuenta

que no es mi deseo.

Es el tuyo.

¿ cuántas veces nos hemos 

separado? Tantas...

Te ibas tú, me iba yo...

Y al corto tiempo

regresábamos...

Nuestros motivos teníamos,

¿no es cierto?

¿No crees que era

porque nos extrañábamos?

Y si antes ocurría así,

volverá a suceder.

Si te vas, si me amas,

volverás.

A veces las parejas cometemos

tantas tonterías...

Tú quieres hoy

hacer una de ellas...

irte... para dejarme mal

anímicamente, con la 

angustia de tu partida,

y después... volverás...

para volver a hacerme feliz.

No quiero que te vayas.

Quédate y tratemos

de  no cometer

la locura de una nueva

separación. ¿ es que no te

sientes sola al estar

lejos de mí?...

A mí eso me pasa.

Siento una profunda

soledad... Si nos amamos,

para qué separarnos...

Si es para hacernos mal,

lo logramos.

Si me voy yo,

te sientes mal.

Si te vas tú,

me siento mal.

Unamos nuestros 

sentimientos

definitivamente,

y ninguno de los dos

partamos...

Quedémonos unidos

como Dios mande.

Con el sí del amor

ante Él, o simplemente

juntos... sin casarnos.

Tú serás una mujer libre,

y yo un libre hombre.

Pero al estar juntos,

somos conscientes

de que nuestros

corazones tienen

los mismos sentimientos.

Para qué preocuparse

y lamentar ausencias,

si unidos todo cambia,

y hace más llevadera

nuestras vidas.

Vidas de unión,

de sonrisas,

de pesares, de angustias,

de placer... pero juntos.

No nos hemos prometido

amor hasta la muerte;

vivamos el presente, juntos.

Basta de resabios,

de indiferencias de las 

cuales después nos

arrepentimos...

Y retornamos al nido...

a nuestro nido

de amor.

Una lágrima tienes

en tu mejilla.

Y yo las mías

ocultas tengo...

pero lloro por dentro.

Esa tu lágrima significa

que lamentas otra vez

abandonarme...

entonces no lo hagas...

quédate... hablemos...

razonemos como seres adultos,

y sigamos amándonos

como hasta ahora.

Sin ausencias.

Podemos evitarlas.

Dejemos hablar a

nuestro corazón...

y hagámosle caso.

No nos separemos.

Dejemos los resentimientos

a un lado.

Acércate a mí...

mírame... oh, sí,

me amas... y también yo

a tí... Entonces, quédate,

y vivamos nuestro amor.

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 30/10/2012)