Instantes, momentos,
apenas perceptibles
En la inmensidad del tiempo
Arena que se pierde en mi desierto
Olas repetibles e interminables
de un mar inmenso.
Oh vida, torbellino de sucesos,
Si sólo existiera el mágico regreso,
Volver al momento preciso
Volver al instante perfecto
En que hubiese bastado,
Un “quédate conmigo.
No te vayas. Te quiero”
Para que todo nuestro destino
Fuera distinto, incluso opuesto.
Y entonces las preguntas
Se clavan en el pecho
Como dagas de desesperación
Como espadas de anhelo.
Como fruto prohibido
En un paraíso de ensueño.
Y sólo me queda el regreso postrero
a nuestros instantes, a nuestros momentos,
esos en que el futuro era todo nuestro.
Que ironía la de la vida
Cuando hoy solo tengo
la tristeza de saberte, de saberte tan lejos.