No te he olvidado.
No he podido,
te fuiste pero quedó
algo más fuerte
que es tu recuerdo.
Se quedaron conmigo
los domingos de playa,
las cenas de sábado,
los abrazos en el frío,
las sonrisas al alba,
y tus besos largos.
Me dijiste te amo
como el viento,
que a veces arrasa
y otras sopla lento.
Nunca quise ver
que el epicentro
de tu tornado
era mi corazón.
Fueron los mejores días
de mi existencia
y soy feliz porque
te tengo todavía
en mis nebulosos pensamientos
y allí donde vaya
serás enterrada
junto a mi alma
y mis recuerdos.
Solo espero
que no me olvides,
que dejes siempre
un baúl cerrado
con las cenizas aún calientes
de nuestro amor.
Que yo prometo
a cada salida de sol,
pensar en aquello
que me dijiste esa mañana,
que tu amor es como el viento,
que a veces arrasa
y otras sopla lento.
J.M. García
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