mientras esperaba a mi amor impaciente
descubrí sin mucho enojo:
“la puntualidad no es cosa de mujeres”.
La tarde proyectaba una estampa,
parecida a los lienzos de Orozco
en el centro el singular kiosco
adornado alrededor de bulliciosa gente
luces al caer la noche,
vestimentas sencillas y elegantes,
el bolerito, el globero, el indigente;
coloreaban el paisaje a estos ojos
amorosamente de ti pendientes,
las risas de los niños,
el berrinche del que todo quiere,
distraían mi espera indiferente
el nevero divertido tocaba la campana:
-¡en su pregón la divertida charada!
-¡lleve, lleve su nieve, ricas nieves!
-¡gûero, gûera, de piña la nieve
-¡de piña para la niña, de fresa para la princesa…!
-¡aquí está su nieve, de melón para el pelón!...
Los minutos transcurrían
y en la banca de aquel parque
yo muy impaciente,
con la mirada abría espacio entre la gente,
ver tu figura es mi pendiente
pero la algarabía de aquel parque
lograban mi espera distraer…
una pareja a mi lado,
atrajo la atención de un niño,
quien soltó con asombro su juguete,
divertido observé...el ir y venir
de toda esa gente, cual Oda a la belleza
una tarde en un parque esperando verte…
música de orquesta prontamente se escuchó
la voz del maestro anunciaba su danzón:
-¡Buenas tardes a los presentes!
éste baile dedicado a las mujeres de lugar
tomen sus parejas que la diversión va a comenzar…
al principio nadie se animaba, pero el hielo se
rompió cuando un caballero de blanca vestidura
a una dama se dirigió con inclinación gallarda
su mano extendió; la bella se levanta
y su muñeca abanicó, señal de que
aceptaba delicada invitación….
ya sin pena y motivados por el ritmo
de tal pieza, todos en pareja... ¿y yo?
en espera de mi amor;
ya pasado algún tiempo cuando
mi ánimo decaía presintiendo el desplante
en la banca de aquel parque mi amada apareció
en lugar de agobiarla reprochando la demora
una sonrisa cómplice y maliciosa su culpa me regaló
me apresuré en ir a su encuentro y al abrazarla
un “te quiero” junto a mi oído depositó
que importa me dije,., con voz interna
“esperaría la vida entera si tengo tu amor”…
esa tarde en la banca de aquel parque,
también formamos parte,
del lienzo que Dios dibujó.
(Escrito por: Dioselina Vega Ramón. Derechos reservados: airesdeltiempo)