Es noche de invierno en nuestra alcoba,
fría yace; solo nos reconforta el fuego
que abriga la hoguera/ y llamas que besan
tus manos, tu ojos/ tu piel de madera.
Contemplo la luz, que irradia la espera/
de que se consuma hoy tus quimeras,
que despierten los besos/ en aroma de incienso
y duerman eterno; al candor de la velas.
Amor en cenizas que ha renacido,
atizado en el tiempo que no ha transcurrido/
que impávido se postra cual ave cautiva,
añora tus caricias de miel, fuente de vida.
A orillas de una hoguera bebo tus ansias;
como el chocolate caliente, que embriaga
mis sentidos/ que calentabas con el fuego,
de tus ojos que hechizan al amor.
El iceberg que habito tu cuerpo,
ahora se derrite en tus adentros/
con la chispa que la hoguera arrojo en el vacío,
donde en silencios gritaba; tu preso corazón.