Quiero Señor, que entiendas mi ventura
¡mira esta algarabía…! Me hincha el pecho
y todo en rededor esta en acecho
y todo en mi interior es una albura.
¡Hay Señor –yo lo sé-¡ Que esta espesura
que alfombra mi camino (aún maltrecho)
Lo adorna con mil rosas: y es un hecho.
Pues ella es la razón de mi cordura
por ella mi camino, es anhelante,
jamás vuelve el suplicio hasta mis rejas.
Por eso Señor pido suplicante
que unas nuestras vidas y entretejas
eslabones de amor en cada instante
eslabones de amor en mil madejas.
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Sergio Jacobo “elpoetairreverente”