Noche que la luna dilata en la negrura
que al miedo en su delicia lo convierte,
indefinibles los fantasmas en su albura
desasidos… incorpóreos… se divierten.
Brujas ahusada su tristura entre risas
que a su pócima perfuman de violetas,
del conjuro a sus hechizos dando prisa
en escoba su pelo de estropajo encopetan.
Mas ¡ay! de los vampiros viendo a solas
que en tu cuello sus colmillos zarparán,
néctar gozoso es la sangre que acrisolas
pero secas tus venas, las arañas morarán.
Noche que ángeles disfraza de diablitos
que fantasmas, brujas y vampiros gozan,
noche de golosinas y artificios benditos
en que la vida y la muerte juntas retozan.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.