taty merced

Llegaste...

 

 

Llegaste y yo no te buscaba.

Recuperé un instante de tu voz

y sentí el calor de un abrazo imaginado.

Sé que eras tú porque una luz se me prendió en el pecho

mientras mis ojos se apagaban.

Imaginé la luna rielando  un camino sobre las aguas.

Vi  una gaviota descender hasta la piedra para descansar sus alas. 

El mar se  adentró en la arena para mojar mis pies

y borró de un golpe las letras de tu nombre

que había  escrito  dentro del corazón…

te devolviste a las aguas… soñaba.