Mendigo se apoda
pero es ser un humano
sentado en la vereda yace,
desdichado y abatido,
famélico por un bocado,
de aquel que lo suelta algo.
Rezumado por algunos,
execrado al mismo tiempo,
por aquellos que disfrutan,
la vanagloria de la vida.
Hasta el infortunio se marcho,
dejándole desamparado,
para la voluntad ajena
vivir en este caluroso mundo,
alguien lo ha aludido.
Si tendría todo el oro del mundo,
quizá no haría nada por ellos,
pero si los bolsillos esta llenos
entonces hay algo para darle.
Déjame extenderle la mano,
permítame cobijarle en alcoba,
tolérame poner una esperanza,
en su pobre corazón doliente.
Todos los derechos de esta expresión poética son reservados2009