No, nadie en mi familia ha sufrido
tan trágica tragedia (¡toco madera!)
pero sé del dolor de perder cuánto en tu cuerpo
no ha de responder...
A todos los poetas del alma y más,
con personas que han vivido y conocido
afectados de esta insidiosa enfermedad,
arma de martirio...
A sus seres queridos...
les deseo lo mejor que puedo
dar en su suplicio...
¡Que la voluntad venza
en esta invisible batalla
de células funestas!!!
Copyright©2012 Rocío Vega-Ponce