Falta media hora
para que venga
a pagarnos el alquiler.
Siempre es muy puntual.
Nos está pidiendo
le hagamos un descuento,
cuando en realidad
nosotros tendríamos
que aumentárselo.
¡qué son mil pesos!
Nada.
Es increíble cómo
han aumentado
todos los productos.
Para colmo, dice
que en el techo
de la cocina
cuando llueve,
hay una gotera.
Quiere también
hacer pintar
la casa.
Pretende que le
reconozcamos
unos pesos.
Me parece que
cuando venza
el contrato ahora
en diciembre,
no se lo voy a renovar.
Perdóname querida,
hoy no me siento bien.
Estoy mareado y agitado.
Me voy a acostar.
No tengo ganas
de conversar con nadie.
Me está fallando la visión.
Indudablemente, voy a tener
que ir a la operación
de cataratas.
Cuando venga,
recíbele el dinero.
Dile que no puedo atenderlo
porque no estoy bien.
No te preocupes por mí.
Descansando un
buen rato,
estaré bien.
Prepárame algo liviano
para cenar.
.............................
¿Qué dijo nuestro inquilino?
¡Qué novedad!
Otra vez tomado.
En curda, dirás.
¿Cómo? setecientos pesos...
¿y los otros trescientos?
Claro, tiene que dejarse
una reserva
para sus vinitos.
Y las consecuencias
tenemos que pagarlas
nosotros.
¡ Inteligente el hombre!
Ahora le voy a llamar
por teléfono.
¿que no lo haga?...
Está bien, pero que sea
la última vez.
En este país todos son vivos,
para perjudicar a los demás.
Vamos a cenar...
Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 01/11/2012)