Lamentos de sangre hirviendo,
compartiendo alegres y dolorosos
corazones, que enmudecen, sintiendo
de la esclavitud, látigos ominosos.
Sinfonía de silenciosos quejidos,
caminan atropellándose en su lento peregrinar,
emociones y transiciones entretejidos
sumisos, deseando su libertad gritar.
De llanto, sus ojos se humedecen sombríos,
de su realidad están ausentes,
sombras mortecinas plenas de hastíos,
cuerpos inertes, autómatas, dolientes.
Pero esa condición de triste esclavitud
y cansados de verse pisoteados en su honor,
se rebeleron y de esclavos cambiaron su actitud,
dejando para el recuerdo...¡lágrimas y dolor!.
Su tormentoso sufrir pasó a la historia,
se acabaron días y noches de ansiedad,
hoy disfrutan las mieles de la gloria
y gritan con orgullo....¡VIVA LA LIBERTAD!.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Nov.1/12