Bajo el halago transparente
de tu hechicera mirada,
sucumbe inerme toda mi sustancia
ante la expresión sincera de tus ojos.
Son halos luminosos prestando vida,
son torbellinos de amor penetrando
los ocultos sentimientos de mi alma,
que se retuercen en los roces hialinos
y se calcinan como cenizas en la hoguera.
Subyugado a las invisibles caricias,
es mi imaginación prisionera de tu mirar.
Condenado a vivir la gloria celeste,
ráfagas tiernas abordan mi geometría.
e.g.