Vivimos y ensayamos los finales,
calculamos la imprudencia y los ideales
nos muestran su añadidura, asì,
huecos, casi en la otredad, pero nobles,
alejados, perdidos en el terraplen
de recobeco que respiran nuestros males.
Vivimos un desconcierto, aunamos recuerdos,
reanudamos una marcha inevitable, solos,
con el desamor entre las manos, cautos,
renegando de todo, amarrando los cambios,
y deshenebrando las costuras del dolor,
Asì desvestimos los errores, vivimos.