Te hubiera encontrado en cualquier tiempo
a destiempo de amor eterno,
en el instante indescifrable de poder amarte
en el minuto infinito de tener y perderte.
Te hubiera encontrado en cualquier silencio
en bullicios de alas y lágrimas de soles negros
Te vería –me verías- nos romperíamos en un pacto
que se anuncia con la mirada y termina quizá
en el último suspiro invocando tu nombre.
Te hubiera amado de todas maneras
en razones sin rostro y vicios sin espalda;
y así como una moneda de curvas limitadas,
te hubiera amado de tantas maneras
y de tantas maneras, te hubiera perdido.
Sara Montaño