Adolfo Lisabesky

Desatado

Le dicen al viento,

ya retiraste el polvo de las azoteas,

ya arrastraste del mar sus deshechos

y limpiaste del suelo las hojas secas.

Desiste, viento y no soples más,

quebrarás de los arboles sus ramas,

los puentes no aguantarán tu presencia

y los hombres no soportarán tus alaridos.

 

 Y el viento no escucha,

no recuerda porque empezó

y no dará fin a su lucha.  

 

Le dicen al sol,

Iluminaste a plantas y árboles

que nos dieron sus frutos,

calentaste a los animales,

ahuyentando al frío.

Pero vete ya, sol imprudente,

lo que antes era tierra fértil

ahora no es más que arena inerte.  

 

Y el sol no escucha,

no recuerda porque empezó

y no dará fin a su lucha.  

 

Le dicen a la lluvia,

distes de beber a animales y plantas

grandes cosechas por tu generosa mano

y tu agua limpió nuestro cielo.

Déjalo ya , lluvia insistente.

Tus aguas desbordaron los ríos,

hicieron de las ciudades pantanos

y en ellos naufragamos.  

 

Y la lluvia no escucha,

no recuerda porque empezó

y no dará fin a su lucha.  

 

Y yo que no soy ni sol, ni lluvia, ni viento,

ni siquiera roca para dar asiento,

que ni mojo, ni muevo, ni caliento,

tampoco se porque empecé

y ya desatado, no me ataré.